lunes, 9 de julio de 2007

Insurrecciones internas

Salido del horno. Aún crepitando. Y aún corregible.

Día a día
me lancé a planear momentos contigo
me puse yo solito
a planear insurrecciones
contra arzobispos y órdenes establecidos,
pensé en lanzar panfletos de palomas mensajeras
ahora que el ser humano las extinguió
y que los helicópteros planean por los cielos
para lanzar chocolates y métodos anticonceptivos obligatorios
en vez de bombas pero con la misma intención,
todo lo diseñé para estar a tu lado,
para que me acompañaras a gritar
como Benedetti dice: rebeldía
y estar juntos en la calle
haciendo gala de nuestra relación ante las cámaras
para que no inventen que vamos por el sexo,
para que no digan que Moisés y la Cicciolina
lo prohibían,
desde que el mundo es mundo
y desde que el Prozac está disponible.
Me puse a planear por semanas
de remansos en medio del asfalto, sostenido por las luces
de la ciudad que eruptaba sueño y smog,
planes que se hicieron a pocos papel mojado
que se fueron como barcos de papel
a perder en las alcantarillas, planeé
en todo momento, por darle un respiro a mi vida
para anexarla a la tuya sin himnos ni te deums,
ni solemnidades que aborrezco
planée porque soy humano y pues,
estamos programados para eso,
dicen que nos sacaron de las ramas
(cuando pudimos entender el proceso detrás de fabricar
herramientas porque antes era una matazón de diantres),
pero yo no entendía entonces eso
y fui acusado porque dijeron que mis planes asustan a cualquiera
acepto por supuesto la acusación,
es mi responsabilidad ante mí y la Patria
y la Matria y las multinacionales del tabaco,
lo acepto, por supuesto porque
cada una de esas semanas
que fueron dichosas y verdes y llenas de pajaritos
me hice pensamientos
y construí castillos aún bajo la tierra
y sin eso, pues pucha,
¿qué haré de la vida?

ANTES DE LA IMPRENTA

El amor es una forma, una creación, no sé si netamente humana, en el momento que la pura reproduccción paso a ser algo más. No sé en cuántos pasos la sexualidad humana se transformó en una batalla interior o en una sinfonía en la que cada neurona y cada órgano participa. Por ser tan integral, un poema debe intentar dirigirse hacia una totalidad que conforma el ser humano.

Hay gente que nos quiere conducir hacia un orden social que jamás existió. Para mí, personalmente, estas son las personas más incapaces de sentir humanamente.

Anónimo me envió una carta,
Sobrenombre su apellido,
pidiendo ayuda para encontrar un baúl
donde se quemó
el último silencio de Guttemberg,
no sé qué decirle,
sus palabras alambicadas
esos deseos insatisfechos
como quien se sienta en una hamaca
a mirar la muerte venir
con cascabeles,
ante todo, sus labios pudiendo avanzar
sobre los míos
hacer de mí un Stalingrado invisible
y yo lejano, como Pedro Páramo
esperando renazca,
de la roca de Moisés
Susana San Juan
convertida en unicornio.
No sé responderle la carta, esos gestos,
que recetó en las puertas
de su deseo,
con grafito de saliva que ascendió
esperando un beso,
¡tanto peligro! ¡tanto fraude junto
y, él, auténtico e inexistente!
Aún hoy no creo poder
sacar Macondo de mis entrañas
y decirle tres palabras
que comprenda
como un sí
o una mirada que lo abrevie,
porque ante todo,
antes de la imprenta
aún existía la mirada
y dos personas amándose.

Boceto


No es de mis mejores poemas, pero es de mis preferidos. Es de la época que, sin muchos instrumentos, me embarcaba en la creación de una atmósfera sensual a través de imágenes sugerentes.


Los ojos
Cada vez más definidos,
la punta firme de la pluma
hundiéndose en el universo cóncavo del tintero:
la tinta, petróleo que desechas a un lado.
La marea que cae hacia las mejillas,
orejas que elevan vuelo como ángeles de celofán,
cabellos movidos por el eco certero
del canfín,
papel y cabeza, tetradimensionalidad.
No resisto el impulso de besarte,
entretanto construyes un cosmos de satén.
Llegas a mi pene, dudas un instante,
estiro mi pierna para compelerte;
vuelves en ti, haces el gesto infalible:
la genuflexión sin dudas, la caricia segura del remero
al cruzar las aguas
saciando la soledad de este puerto.
Pronto todo termina,
has peinado mi cuerpo en tu boceto,
de nuevo se clavan los ojos,
es hora de hacer el amor.


31/1/2006

viernes, 6 de julio de 2007

La Madre

¿Qué puedo decir de este poema, hermano gemelo de "La Anciana"? Que representa mi lado más empático, representar experiencias de personas que he visto, pero que no son yo mismo y me resulta por ende dimensionar emocionalmente, por supuesto. Como el mejor libro en mi opinión de mi venerado Mario Benedetti "Poemas de Otros" me deslicé hacia proyectar en los sentimientos, frustraciones y esperanzas de los demás lo que espero me permita servir para cambiar las injustas estructuras de la sociedad.
Me concedo la licencia de dedicarle este poema al equipo negociador del TLC, que tan maravillosamente llegó a comprometer las cosas que valen la pena de este país y que tan maravillosamente va a enviar de vuelta a miles de personas a la pobreza y la indigencia, en medio de un contexto mundial dentro del cual nuestros campesinos, cooperativas, grupos de mujeres, indígenas, etc, no pueden competir contra el mercado agrícola nortemericano. Bendiciones a todos los que firmaron con un vaso de champagne fino frío ese "acuerdo" mientras condenan a miles a la indigencia. No sé cómo logran dormir. Me indigna, de veras que me indigna.



Espumas de lavanda en la pila,
se recuesta la madre en la cama rota,
las goteras sumen el espacio
en ocre caliginoso de pantano,
el fogón tiempo ha
suspiró su carga de hollín en sus pulmones,
tose
esfuerzo inútil en querer deshacerse
de la nebulosa de estricnina, de alquitrán
en un mundo pequeño, apretujado,
roto en células
por los sollozos de tres y mil niños.
La madre se levanta sobresaltada,
han pasado apenas minutos pero cree fueron años
en ese universo, esa cápsula einsteniana,
en la que el tiempo no pasa, pero se envejece,
se despide de un pedazo de sí
en cada gripe y cada bocanada de alquitrán
y cada temor, de perderlo, de perderlos,
sin percatarse a ratos de que existe
…y se incorpora…aún la humedad de la pila,
aún la escasez, pero: los sollozos,
se levanta a amamantar al más pequeño
con sus senos tan mordidos y estirados por la práctica
con la lucha, con esos años que no son cronológicos,
que vienen sin anunciarse y se van
tatuándose en la piel y los ojos
(que pierden su brillo y todo, su consistencia)
pronto tendrá que hacer el café
y una o dos tortillas, lo mucho,
esperarlo venir, aunque nunca llega
excepto para estampar un niño más en su vientre
(inicialmente se resistirá,
mas caerá siempre) o ascenderá por instantes
a alguna realidad suprema
que se esfuma
como las estrellas fugaces en un firmamento sin electricidad.
Más tarde, otro drama, otro esperar el sustento,
otro humillarse, otro trabajar cuando se puede
y otro día cansado,
probando su bocanada de alquitrán.
Sin vuelta.
4/9/2005

Torres de Parafina


Torres de Parafina representa toda una época en la que buscaba las metáforas más poderosas y absurdas posibles. Como un intento de juntar mi pasión por un contenido predominante y una forma propia. El tema (muy paradójico, estudiando yo arquitectura), es la megalomanía humana, el deseo de dejar su pirámide, su muralla china, su firma personal en el mundo a pesar de que a las mayorías "se las lleve la trampa" y tengan que pagar y trabajar en la realización de este sueño de una persona que, por supuesto, moverá suelo y tierra para ver su proyecto de glorificación personal realizado.


Torres de parafina.
Viendo el suelo desde sus perdidas alturas
lubricando los cirroestratos
trofeos de un Babel sin lengua
las construyeron los obreros
de algún capitalista
para glorificar su nombre
y riquezas
ladrillo a ladrillo,
pérdida a pérdida
como falos para retar al infinito universo
y asustar a sus pies a los toros de lidia
asestar un golpe al milenario suelo
para que leyeran en sus muros la condena
el epitafio
de algún eficiente contratista.
Torres de parafina,
sin ventanas donde discurran los fotones de un demiurgo
gnóstico, alma salina
que pretende alcanzar con las yemas de los dedos
el principio del lejano satélite
que ve derretirse
sillar a sillar (rosas en esos labios)
las torres elevadas en el cielo perfecto irascible.

18/3/2006

Salomé II


Otra cosa que siempre me ha llamado la atención es la gama de mitos y leyendas que caracterizan la experiencia humana en este planeta. Hablar de Edipo, de Antígona, de Orfeo, en fin...es hablar de cosas que reflejan lo más profundo de la vivencia humana. Este fue el segundo poema que escribí sobre el tema de la princesa Salomé, uno de los relatos bíblicos que más me apasiona por todo su cariz trágico. La temática y el eje argumental empleado es la película de Carlos Saura, " Salomé", que hace uso de la danza y de una técnica fotográfica impresionante para contar un cuento que con 2000 años, no pierde actualidad. Por ende, el poema debía ser también muy visual.


Se desliza en el escenario
prenden la prenda
emprende vuelo hacia el trono
el cuchillo que blande en su pecho
se revuelca en la aurora
por los campos de Judea.
Herodías espera con suspenso,
ha sabido hacer de sus odios
instrumento
la debilidad e indecisión de Herodes
sus ojos que sigan, sus palmas que suenan
al vaivén de Salomé.
El bautista girando como un derviche
sobre su plataforma, taladrando
el cuerpo de la tierra, fornicando
con los cielos.
La hija que baila vorazmente
Al compás de amor que es paroxismo de promiscuidad
de odio, de deseo
se desenvuelve poco a poco
vaina de daga que recorre el banquete
hiriendo de furia la montaña, el desierto
despertando los muertos sin mesías;
se despoja de su cuerpo
convertida en águila que cae por sorpresa
se hace llama, viento
batalla furiosa contra la gravedad
se libra de la forma, de la masa
sus brazos ya no son suyos…son alas
que agita en manos de lo invisible
desaparece la luna, la fogata
rompe en silencio:
el crepitar de sus pasos en el suelo
arguye peleas con la materia
vuela y explota en su seno
cae
y se eleva, se deja poseer
su cuerpo en manos del soberano
pide algo
que no es poco,
que enerva la noche,
una bandeja y en ella trozos de su corazón
jirones de palabras
tizne, el fondo de la nada se entinta
con la fluidez de la sangre
se deja envolver Salomé en lágrimas
en la tierra intacta de la venganza,
entierra en su vientre la daga.
15/12/2006

Periplo

Otro oldie. Pronto empezaré a escribir de nuevo. El ser humano no debe ser refrenado en su búsqueda del cariño y de brindar cariño. Lo opuesto es inhumano.

Periplo breve que emprendo,
aceitando los goznes
de mi cinismo
verte entre la gente
que no me importa
saber instantáneamente
que eres diferente, un pacto
entre la naturaleza y la eternidad
que no entiendo, pero quiero
libar con fruición.
Es un periplo bendito
sin genuflexiones o esclavitudes
mas lleno de ternura, de sinrazón
voz y piel
y formas que se divierten, de noche,
en la pared.
(Lo hago sin ver lirios en un funeral
o dagas en el abrazo).
Espero verlo pronto…en ti
o cocinando lentamente
en palabras de afecto,
tomarte de alimento y vela, eso espero
hagas brotar de mis hombros
huertos,
jardines y mis ojos manantiales
y te hundas en los prados
que aderezo para los dos
(porque tú eres pasto
que me envuelve, pellizca
mi cuerpo, me humedece)
5/1/2007

Noche en el Autobús


Este poema es u auténtico "oldie" que aprecio mucho. Intenté capturar la vida rutinaria y asfixiante (aunque muchos no lo notan) del mundo cotidiano de quienes no se espera otra cosa que en su vida produzcan y consuman. Es un grito por la libertad del ser humano y su capacidad de liberarse de las cadenas que le oprimen, comenzando por el propio conocimiento de su realidad.


Una de estas noches, una de tantas,
observando detenidamente la calle
corriendo ante mis ojos,
desplegándose, dirías,
una ventanilla entre ella y yo
y ¡claro!, lluvia
golpeando el cristal frío y empañado,
queriendo entrar y formar torrentes
en el piso metálico;
alguien tose dos asientos enfrente,
por acá un desencuentro por celular,
al fondo una ranchera como pasajera incorpórea:
nadie se percata de la sala de exhibición que
hemos montado,
tras del cristal no hay nadie, pensaremos
estando en posición de privilegio, de altura,
vemos corriendo el mundo:
las luces, los vehículos, el indigente, el perro,
la cortadora de pelo de ébano del lugar donde hacen trenzas,
los que esperan amontonados en las paradas de buses
respirando el aire caliente de los demás
y la noche misma.
Espero ver a alguien conocido,
sabiéndome visto, no solamente observador
tras tan débiles almenas,
¡no sólo yo! ¡no sólo quienes veo!
El que tose, el que ya increpa a alguien por teléfono,
El chofer que se escuda tras el parabrisas
¡y ese gesto entre bostezo y grito
al recibir unas monedas en cada parada!,
todos tras de una cortina inservible
una vitrina hecha de vidrio y metal
queriendo ser deshecha por las gotas de agua
deslizándose por las ventanas
y el limpiador del parabrisas en un gemido hueco,
por supuesto la noche atacándonos,
recordándonos la sopa de sudor y sueño
que somos tras de todo un día
corriendo, hablando, peleando, hundiéndonos
en fin, viviendo vidas de monigotes
…que la ranchera lejana recuerda somos
una sopa de desencantos y rutinas
¡aberración tan grande de la verdad!
sigue el gemido la noche en las lámparas de la calle
olor de pollo frito, se acerca un bar,
noche para quedarse en casa, dirías
ni siquiera salir de la cama en todo el día,
nadar juntos los dos desnudos por el sol
pero, sin ambages,
la vida no es así:
no huele a salvia y yerba buena;
todo es sudor, bocas secas, hambre en el estómago
y un chillido que no entiendo del todo
mientras una doña le añade voz de soprano
a la orquesta infernal y cacofónica del autobús
entretanto yo, ahogado, alcanzo la Iluminación
sintiendo las ondas de cada sonido acuchillándome:
muerte, sólo espero sentirte,
espero sentirte acurrucándote cerca de mí
no el imbécil que ronca al lado,
tan triste el espectáculo de vuelta del trabajo
nula la mente que lanza
sus mugidos a la noche,
todo acontece, en esta pasarela de miseria,
sintiendo el aliento del tedio en mi cuello;
me levanto, resbalo un poco
por el camino de huellas húmedas
apenas me dejan apearme,
no veo hacia atrás, no tiene sentido
ver desde afuera esta noche de variedades
gratis,
infame:
ya estoy más cerca de ti
(si existieras), pero igual
estoy más cerca de ti.
8/7/2005

María Betania y el perro de ojos como carbones ardiendo


Este poema lo dedico a toda la gente que a lo largo de la historia ha sido aplastada por la ignorancia, los prejuicios, la insensibilidad de quienes le rodean. Lo dedico a los hogares y países donde aún realizan la "circunsición" de las niñas (para que de adultas no puedan disfrutar las relaciones sexuales, gran pecado...), lo dedico a las sociedades donde las mujeres se cambian por objetos y son tratadas como tales, ya sea que vistan burka o bikini. Y las sociedades, como las nuestras, donde aún hay quienes creen toda la chatarra mental de la colonización española como de la mayor actualidad.


María Betania desliza sus ojos por una rendija
mejillas planeando por la leve brisa
entrando por la puerta
que abre la puerta a un mundo tétrico,
prohibido
¡tanto temor le han inspirado en cuentos
de perros de ojos de fuego!
No es necesario decir que tiembla
intentando armarse de ánimos
para extender su mano
con la llave bajo el colchón
presa de su curiosidad
a entrar por el metálico picaporte,
chirrido que siente de pronto
ese es un ritmo lento
(nada como los mambos
que suenan en la radio ubicua
con su baile diabólico),
quizás así pueda oír bufar al perro
con ojos de fuego
y cadenas pesadas arrastrando el polvo
con carbones ardiendo,
finalmente...suena hueco
la puerta de amenazante verde tierno
se mueve sola
como movida por un satánico aliento
cede y se pliega
cual si un deseo de Merlín
lo hubiese hecho;
es tan pronto y llega casi a los trece años
porque aún cree en la cigüeña
y en el doctor Moreno Cañas, el milagrero,
usa los rizos a lo Shirley Temple
si es que no se ha muerto
(su madre quiso llamarla Shirley),
su cuerpo que vive cambios misteriosos
como extraños
y esos dolorosos y perversos fluires de sangre
de su cuerpo,
dice su abuela es el llanto de la Dolorosa
y cosa mala, de la que no hablar;
por eso es curiosa y divisa el débil hilo de luz de algún sol
sobre un baúl mohiento,
tal vez lo que halle allí le explique
por qué tantos cambios súbitos y extremos
(por cierto, por ningún lado
el bandido perro).



1/5/2006

martes, 3 de julio de 2007

Huida fallida

Con poemas como estos me permito ir expresando poco a poco temas que son capitales en mi vida.

Acta est fabula.
Augusto

Te fuiste
como tantos peregrinos que huyen de su nombre
en fin
de la totalidad de su existencia
tatuando sus etapas en largas sentencias,
te fuiste a paso de atleta
primero, perdiéndote en la selva
despojándote de recuerdos, arrastrándome contigo
anclado a tus tobillos
al sabor húmedo de la lluvia
que caía
en cámara lenta
me llevaste... a regañadientes
como no podía ser otra cosa,
te perseguí con mi rostro
cual efigie antigua
como la furia de los dioses
la insatisfacción de mis sueños
sin cumplir,
te clavé las dagas que guardaba en mi bolsillo
para detenerte
y mis furias e insatisfacciones extensas
en la marcha forzada que seguías
en tu huída
en el vapor que veías elevarse
como una condena;
por la marcha que se hacía ya dificultuosa
te dejé morir
roto como una cadena
engarzado entre dos segundos
o dos rayos de luna y
los focos de los autos nos perseguían
acusaban a mi nombre tu perecer
aunque no había nadie
y no había razón alguna para no hacerlo,
mae, me volqué todo yo a esa meta
cada neurona, cada gota de sangre, cada miseria
cada segundo desde el momento de abrir los ojos
me volqué a esa meta
largamente pedida, por no sé cuántos minutos
te pedí regresar a tu paso
pero estabas ahí,
vuelto estático, como enervado por mi sola existencia
roto en eslabones en la noche
y avanzando con otro espíritu,
me tocó a mí morir,
en mi casa y fuera de tu presencia.

lunes, 25 de junio de 2007

Second Bloody Manifesto: la arquitectura y el caos urbano


La arquitectura y los arquitectos son responsables directos de la degradación ambiental de San José y su entorno. No son los únicos sin embargo, como en toda sociedad donde se reconoce el derecho privado a la posesión de la tierra, la especulación y la mecánica del máximo beneficio económico y la máxima plusvalía a costa de la mínima inversión, además de la cultura de la toma de "la opción más fácil", por parte de los costarricenses han permitido un proceso de degradación urbana que caracteriza de modo tan patente a la ciudad de San José. Eso sumado a la carencia de recursos, el abandono al que ha sido sometida la población, la migración campo-ciudad y ciudad-periferia, además del enfoque hecho -al estilo del modelo estadounidense- en el transporte individual, antes que en el colectivo -y éste, masivo y de mala calidad- han permitido el desarrollo de las situaciones indeseables que se observan hoy y se han observado por décadas.

Por eso se requiere un replanteamiento de la situación de la arquitectura en el seno de la sociedad. La arquitectura, en primer lugar, no es un arte, pero no puede claudicar en la decisión y la vocación de brindar un medio de excelencia para las personas y no como propuestas de fachada -puesto que el formalismo es culpable de buena parte de la degradación-, sino en realidad proporcionando espacios de calidad para las personas, donde sus diferentes necesidades, tangibles e intangibles, dentro de su gran variedad, sean remediadas y satisfechas.

Y, en segundo lugar, la arquitectura no puede desatender que el único cliente que posee no es el que lo contrata directamente, sino el común de la sociedad que se ve expuesta a las diferentes obras. Por ende, la arquitectura no debe ser un bien suntuario creado en beneficio de los sectores ya afortunados de la sociedad, sino que debe tener una gran proyección urbana, ya se trate de trabajos para clientes individuales o proyectos de regeneración urbana. Tomando en cuenta las corrientes teóricas y considerando los ideales socialistas del Movimiento Moderno, se determina que el papel del arquitecto, si bien no altera la sociedad en formas impresionantes, debe contribuir a la creación de un entorno humano, digno, estéticamente agradable y que satisfaga las necesidades de las personas (y no sólo las tangibles, sino también las de identidad, sostenibilidad, bienestar espiritual, crecimiento personal, entre otras). Por ello, hoy por hoy, dentro de las transformaciones previstas en el Plan San José Posible y cualquier otro plan nacional, local u obra arquitectónica, el arquitecto debe comprender su misión inclaudicable de mejoramiento del espacio en el cual habitan las personas.

La época de las catedrales y los castillos para el clero y la realeza ya pasaron. No erijamos otra aristocracia excluyente y ensimismada en su exhibicionismo, con nuestra complacencia, mediocridad, timidez y ansias de figurar. El papel de la arquitectura, a partir de las tarnsformaciones de la Revolución Industrial es, el mejoramiento de la vida de toda la sociedad y desde hace algunas décadas, la protección de la frágil interconexión de equilibrios naturales y sociales y la generación de un entorno apto para la vida y el crecimiento del ser humano.

Bloody Manifesto


La poesia...una fijación de palabras en clave de ritmo, una construccion rápida o trabajosa de contenidos que expresan opiniones hondas sobre temas que tocan la realidad o el mundo de la persona. La poesía, es un arte, una forma de concreción de ideas que van más allá del aspecto formal o de la pura maestría e ingeniosidad de la metáfora y de los elementos que pueden considerarse como relevantes para esta. En realidad, el equilibrio entre forma y contenido en la poesía es indeseable, por cuanto llega a mediar en forma artificiosa entre los impulsos del escritor. De hecho, la poesía que he escrito por algún tiempo se ha fijado en el intento de profundizar en el contenido y hallar las maneras, la palabra, la profundidad propositiva para poder, posteriormente, darle forma a estos contenidos de la memoria, los ideales, la pura expresión y la "belleza".

En cuanto a la memoria, mi interés radica en minimizar la interpretación de los sucesos del pasado, presentarlos crudos, ofrecidos al lector en toda su dureza, como forma de adquirir una sinceridad personal. En cuanto a los ideales, mi interés esencial es la comunicación efectiva y carente de tapujos de las principales fuerzas que organizan mi vida, de manera que se de una verdadera manifestación de mi yo interior. Eso lleva a la pura expresión, puesto que la poesía, para aquellos que es expresión de formas superiores del intelecto razonante, que debe ser formalmente perfecta para alcanzar la belleza, que debe incluir con precisión y economía el conjunto de reglas clásicas (determinadas rimas, métricas, determinadas restricciones, etc), esos...están equivocados a mi parecer, lo cual no implica que no pueda apreciar estas formas de creación poética, pero en aras de una obra absolutamente honesta y contemporánea (en el sentido de expresar el mundo que vivo y no formas y vivencias anquilosadas en el tiempo) la poesía debe ser libre de expresar las cosas (cualquier cosa) , del modo que quiera, escrita del modo que sea y utilizando los recursos formales que requiera, sin compromiso alguno con influencia o corriente alguna. Eso lleva al aspecto de la belleza, pues la poesía, despejada de tapujos, secretismos, intenciones moralizadoras, figuras retóricas y licencias rígidas, recurrencias a modelos y particularmente, de formalismos perfeccionistas y de una inventiva rebuscada, llega a alcanzar una forma de belleza que es la forma de belleza que adquiere valor sólo con una implicación directa con ella: la belleza de la honestidad.

Me excuso de los diferentes grados de realización de este cometido, pero en ua búsqueda constante, los resultados de diferente grado de éxito se dan con una gran profusión y los recursos que una vez resultan exitosos, otras veces son inútiles. El propósito es, con el tiempo, adquirir un grado de habilidad que garantice resultados más o menos estables, siempre sin abandonar el propósito fundamental, de permanente búsqueda., de lucha perenne por la expresión, un compromiso en fin con uno mismo y sus propósitos y nadie más.

martes, 15 de mayo de 2007

Gusto

Me gustaban muchas cosas,
muchas de ellas ya idas:
me gustaba el helado, preferiblemente de
chocolate y menta,
la luna, mucho, verla salir tras de una nube
verla deshilacharse y surgir,
mucho era lo que me despertaba
ver una escena amorosa en el cine,
ser tocado y que me rodearas
por detrás con ternura,
caminar en la montaña a tu lado,
tu risa y tu buen humor,
el cariño, el que no me quisieras cambiar.
Me gustaban porque no me hacían sentir como mierda,
como todos quieren que me sienta,
entre otras cosas me gustaban los pequeños regalos
que me escribías, nunca nadie me hizo eso
y por sobre todo, me encantaba
verte venir de lejos, y decirte con la mirada
-o tratar de decir-
con la mirada: te quiero.
Pero esos eran gustos de ayer
eran cosas que se perdieron
que ya no me tientan
que no me alegran
ni me excitan,
todo se fue al fondo
de esos baules donde de viejos
empezamos a sacar los objetos más disímiles
o nuestros descendientes encuentran con asombro,
todo se fue raudo para allá, no creo tener más energía
para engañarme como hice,
todo queda para nunca.
Vos también, por desgracia.

domingo, 13 de mayo de 2007

Declaración (Statement)


Dame alguien,
dame un mar
de armas certeras
racimos
de incendios, de guerras.
Haz batallas que ardan hogueras
dictadores
mata niños de hambre
de polvo haz tanques
que arrasen el humus que nos vio
nacer,
dame presupuestos millonarios, dame sequías
de voluntad, firmamentos
de petróleo
dame billetes bien marcados
del cielo eleva soles:
bombas atómicas que arrasen ciudades
haz civilizaciones de metal y asfalto
voltea los bosques, extermina especies
dame de la tierra la última gota
de agua, la postrera
envíanos señales de televisión
adoctrínanos como Hitler hubiera querido, enciende
las imágenes
del Golfo como videojuegos,
oculta los cadáveres y los entierros masivos,
los genocidios, la hambruna y la miseria
(a Somalia, a Sierra Leona, al Líbano, a Colombia)
Haz de tu mundo, del nuestro
un pozo de lujuriosa estupidez.

12/11/2006

lunes, 30 de abril de 2007

Creencia


Un imbécil como cualquier otro,

eso creíamos que era

lo creía yo:

yo te lo hice creer,
ambos lo creímos, pues,

al final ambos construimos un monumento

a nuestra indecisión y arrogancia

era un juntar de manos

para hacer un montículo

donde enterrarme;

yo era el que más daba paladas

mi torso desnudo

enjugaba ríos de niebla

bajo el sol de abril,

tú, tus brazos eran una palanca de Arquímedes,

de esas que creen poder mover al mundo

en instantes me imaginaba sentirlos cerca,

a ratos como goteras lentas y acompasadas.

Al final todo quedó hecho:

creimos y me enterraste,

mi recuerdo, mi sombras, mis dudas

todo (nada podía faltar)

mas así y todo

quedábamos incompletos

algo faltaba, una pizca de furia más,

otra piedra rodada hacia abajo

de los pies de Sísifo,

otra bala, en fin...más de cualquier cosa

era eso, y ya hecho todo,

pude acostarme al contemplar

tu rostro hecho firmamento.

Y yo, sólo una ciudad reseca.

Tangencias


Tangencias de rayos infinitos,
atravesando el útero de la noche,
infidencias solemnes;
frutas que surgen de mis manos por un instante
levitantes, pero furiosas, astringentes,
marcando su paso con tal de desvanecerse,
símbolos infinitos, creo
que se cruzan en cada pliegue de tu cuerpo,
erizándote
haciendo de cada palmo más exquisito,
reponiendo su brutalidad en el vacío,
vertiéndose a soplos, a gemidos,
para luego volverse de nuevo tangencias,
cruzando tus costados, hasta estrecharte.


6/11/2005

La Anciana

Yelmo de escayola quebrado,
noche sin campanadas,
rosario entre las arrugas de la palma de su mano,
la anciana embebe sus cabellos en agua de vinagre
-la mortandad de crepúsculo silente
se acerca en ecos de trueno y letanías,
resuena por fin la campana:
se apresura a amasar empanadas intranquilas
besos que no se apresuran nietos que no se ven;
té de tilo, espera la saciedad del hambre
nadie come, sino ella de los tallos infusiones de manzanilla
y frota con manteca de chancho
el torso definitivo, borroso sin embargo,
que se yergue entre sillones milenarios
y porcelana remandada cuan rodillas quirúrgicas.
Tilo, romero, ruda, borrajas,
un lápiz calvo entre las trenzas frondosas, grises,
el espejo captura imágenes perecientes,
no las acepta, capa negra y plomizo cielo de los que se viste
prefiere el leve letargo de los ortos
en los que aún sacude su cuerpo con energías
antes de probar el frío de las mañanas
y de noche, los cataplasmas en caliente
se estremece su cuerpo encinto de recuerdo
camina encorvada de llevarlo preñado,
flautas y boleros en la radio,
se acuesta, libro en brazos,
rescoldos de vida en el suelo.

lunes, 23 de abril de 2007

Taxi a inicios de un abril inexistente

Taxi a inicios de un abril inexistente

Taxi. Encaminándose al encuentro
de nadie,
una pastilla aromática
ahorcándose sobre el bumper,
la foto de la hija recién nacida
¿hace cuanto?
La maría rozando mi miseria
las calles que pasan:
es de noche
a toda velocidad el escenario josefino
(un paisaje de un poeta beat)
(con sus prostitutas, esquinas oscuras
e indigentes arrastrándose por la aridez de la soledad).
Nadie sino yo y el conductor
en ese vehículo que se enrumba fuera de todo lado;
quizás el taxista halla sido
alguna vez
barquero de la laguna Estigia
o prisionero de la isla del Diablo
(o de San Lucas, para no perderme en una metáfora
pasajera).
No lo sé, pero imagino en un instante
que voy hacia algún lugar
donde el tiempo no me persiga
la mirada pasajera de la masa urbana
los días de trabajo sin sentido,
todos esos besos que ya no descargas en mí;
no es felicidad lo que me conduce,
puro y prístino deseo de huir,
(el taxista hace el ademán de decir algo,
que no sea el consabido tiempo
o la última derrota de mi adorada Liga).

14/4/2006

Mesias en el cielo

Mesías en el cielo

El Mesías.
Despuntaba su silueta borrosa
en el fondo del cielo de tormenta,
eran multitudes las que se peleaban
para llegar a él,
pozo del vacío,
eran multitudes
y tú, sin verme, entre ellos.
Era el último día de los tiempos
y sólo yo quedé aquí,
tú, no sé qué fue de ti
(no sé qué fue de mí).
Era el Mesías el que veía
o era lo que los demás querían que viera,
los ojos que no veían sino las almas
desmembradas sobre la playa,
un señor con cayado y sandalias que no se divisaba más
una luz que cesaba de existir
suspendida sobre el telón de fondo del universo
mirando burlona hacia la Tierra
y no veía.
La luminosidad
se perdía
escrita en el fondo de una carta no enviada,
guardada bajo una cama
que nunca recorrimos.
Y creía que era el Mesías
mientras el mar se arrugaba entre la arena
las olas de la lejanía
se perdían tras las barcas más cercanas
y ya no te veía.
Era un escape monstruoso,
una forma de huir de esta concavidad
desesperante,
fuerza centrípeta que me unía al huir,
¡tanta pérdida! ¡tan poco color!
Era un titán, la vaina de la infamia
mecida por las ráfagas repentinas,
la furia, la inercia,
la necesidad de ser alguien,
era un borrón entre el sol y mí
y todos lo veían,
para todos existía,
excepto para mí ¿o para tí?
9/2/2006

domingo, 22 de abril de 2007

Enterrarme


He decidido de pronto enterrarme contigo,

los hombros colocados en un túmulo

que quiebre el perfil de la cordillera

en trozos de papel fotográfico

de esos que no mirarás más, ni tu ni media
humanidad.

Quisiera romper en llanto, pero no,

es una salida incompleta,

creo que enterraría mis memorias

poco a poco, comenzando con los días

en la central hidroeléctrica, de niño,

cuando me admiraba de los ruidos,

del brillo del metal recortándose

y el suave sonar de la carretera,
rota como una vieja cicatriz en la selva.

Eran tiempos en que estaba empezando a creer

y yo, crédulo, creí que las cosas cambiarían;

pues sí, han cambiado,

pero nada de lo que había entonces ha vuelto

nada de lo que me arrebató el tumulto

retornaría a mi cuarto,

quizás por mudarme tanto no han vuelto

o talvez porque se evaporaron como los murmullos

de la noche en la ropa tendida

o el agua de estas lluvias en el asfalto

de kilómetros que le robaron al valle.

Enterraría luego mis sueños, esos artículos

perniciosos que son como el árbol de Tántalo

o un espejismo blanco del Ártico.

Entonces sonreiría, porque no desearía ni recordaría nada,

no sería el pasado un tormento y no sería salir a la calle

un crepitar de ruedas pisando el suelo, o solo eso.

A continuación enterraría los días, las constelaciones,

los gritos, a la música, en fin todo trozo o fragmento

físico que me traiga de vuelta a mi largamente cocinado fracaso.

Y por último, me arrastraría yo, en largos suspiros roncos

sobre el zacate recién cortado

entre catedrales de cristal y monumentos a mi incompetencia,

me arrastraría con un libro de Neruda y otro de Benedetti,

crispando la atmósfera con cada bocanada de aire

que le robe a este desierto que llaman valle

a cada criatura que intenta hundirme en mis fosos,

a todos complacería. No existiría yo,

explayándome en las preguntas que nadie me pregunta,

ni sintiendo las cosas que a nadie le importan.

Sólo sería una emanación pitagórica, un número, que asciende y cae

movido por ráfagas de viento y sal.

Sólo quedaría una borrosa colección de nombres

y nada más.

sol de atacama



Sol de Atacama

Sobresale apenas una punta de él sobre la pirámide la cordillera
lubricando el cuerpo delicado del desierto
y el manto salobre de la llanura casi eterna
fluye su sombra hasta un pueblo abandonado
tocando la puerta metálica
que hace tiempo cayó,
bebiéndose los gritos y la actividad de los fantasmas
que aún van de mercado a la plaza;
sus elucubraciones se oyen en el silencio absoluto,
el cielo sin nubes, aguardando ser tostado
mirando las piedras cantarinas de los geoglifos de la puna
simiente que baila con lentitud
en el aire aún frío y tan poco vaporizado
…ciego veo sus brazos acariciar mi frente dormida
pinceles de colores que se transparentan ante
el manar ronco del aire en mi nariz.
Sombras que caminan huyendo de nada en la inmensidad
y los ojos de Mistral mirando fijamente ese lento surgir-
refulgir de discos de bronce
y piel de amatista
en las piedras dormidas
desde que el salar dejó de ser oceáno
esperando no quebrar su corazón entre el calor y el frío
erosionándolo todo un viento brutal como primitivo
puertas que empiezan a abrirse,
gallos gritando hasta la mudez;
las cumbres nevadas perpetuamente de testigos brillantes y solemnes,
explotan en centellas los piares del oxígeno
en el piso de las vetas de cobre y salitre
de siempre el sonido del agua que hierve
en las cocinas
mirando su paso celoso,
la tristeza de Chacabuco y de los mampuestos incaicos
esperando mil veces el reinado de Inti;
me he levantado,
miro sin más ropa que mi piel el Ojos del Salado
mirándonos cauteloso, explotando de sólo mirar,
de no sumar el espectáculo de fuego a nuestro despertar.
Aún está frío y no siento nada,
los dedos que antes anunciaban estas sendas
ahora me descubren completamente
y siento todo de repente, claro:
el volcán, el salar, la mina, San Pedro,
los geoglifos, los ojos de Gabriela Mistral,
y a ti y al sol de Atacama.




15/9/2005

A pesar de todo, seguiré luchando






Otra vez estoy aquí, tratando de bajarme la furia de mis arterias. No hay mecanismo que pueda lograrlo. No hay nada. ¿Cuando dejaré de creer en la posibilidad de una relación que dure más de tres semanas? ¿Cúando empezaré a desechar gente como me desechan a mí? A veces me pregunto esas cosas en estos casi tres meses que han pasado, pero no hay respuestas fáciles.


Acaso, si se pudieran predecir esas cosas, estaría feliz. Pero no existe la predicción. Soy un fanático de las certezas. No hay nada que más deteste que el no poder comprender o saber por qué ciertas cosas ocurren en mi vida. Pero las dudas le dan valor a la vida, lo contrario sería ver pasar ante nuestros ojos las imágenes de una película muy mala, de esas que ya se sabe que va a morir o se va a enamorar tal o cual personaje, pero en parte por esto es tan mala, porque no sirve para la vida. La vida es de por sí, llena de incertezas.


Sin embargo y por si las dudas, me entregaré a las incertezas y me seguiré dedicando a mis causas, poniendo todas mis energías en ellas y no es que pretenda que me exalten o convertirme en un mártir de cosa alguna, simplemente me seguiré dedicando a mis luchas y seguiré buscando el verdadero amor, con el mismo denuedo, con la misma seguidilla de chascos y pequeñas tragedias, posiblemente me deprima y psoiblemente mande todo al diablo de vez en cuando. Posiblemente me corten cada vez. Posiblemente me digan que no hay forma de entendirme. Y quizás ceda muchas veces, pero siempre retornaré a la senda que me he labrado. Aunque la sociedad se oponga. Aunque me digan estupideces. Aunque llueva fuego del cielo. Seguiré luchando. Porque uno no puede vivir sin convicciones y sin sus valores. Y yo confío plenamente en ellos. Y sé que debo cambiar mi actitud, mas no los principios que muchas veces los han guiado de formas negativas. Mi mayor afán es, por ende, ser consecuente conmigo mismo y así, poco a poco, ser más humano cada vez: más íntegro, más consciente de mi imposibilidad de ser perfecto, más consciente de mi papel en la sociedad como un agente de cambio. Por eso no me rindo, porque en última instancia sé que todo por lo que lucho tiene un valor y una significancia por lo que ciertos sacrificios valen la pena. Sé que luchar, sin importar el resultado, vale la pena. Y lo estoy aprendiendo poco a poco.

Y gracias a Marjorie, mi meor amiga y el ángel de mi vida. Y a Tati. Y a tanta gente que me acompaña en esta senda.

sábado, 14 de abril de 2007

se termino

Se termino. Se terminaron los dias donde creia hallar un trozo de fuego en mi mente, ardiendo libremente, por dicha. Se terminaron tantas metáforas y los poemas que me creía. Se termino y estoy hecho mierda. No se si sabes lo que es llorar a gritos, espero que no: yo lo se. Si soy mae, y que imporat que llore. Igual a todos les da igual. Igual la noche se hará detrás de las montañas y vendrán lunas y encontrarás el hombre que te haga feliz. Yo no sé donde estaré, talvés obsesionandome, oyendo en mi desgastados oídos una canción de Miguel Bosé, nunca tuve tiempo de decirte cuales. Nunca tuve tiempo de decirte nada, nunca. Me he vuelto reiterativo por algun motivo, quizás porque estoy haciendo corto circuito. O quizás porque estoy cerrando tras de mí las puertas a través de las cuales dejé entrar tanta gente.
Se termino. Y sigo estando hecho picha. Esta vez no intentaré abrir un surco en mis venas, donde coseche delirios. Y no porque no esté destrozado, sino porque me gustaría ver qué pasa a continuación. Nada bueno, quizás. Pero igual voy a seguir por ahí, llenando el aire de mi pasión sin sentido y la ciudad furiosa de mi estupidez. Eso es todo. Difícilmente pueda articular más. Cuidate, ya yo veré qué hago.