martes, 2 de marzo de 2021

30 años de continua formación


Ayer se cumplieron 30 años de que entré a la escuela (primaria).

Todos los que me conocen realmente, saben lo central que son la educación y el aprendizaje continuo para mí: no concibo un día en el que aprenda algo o avance algo en mis tareas personales, a veces incomprensibles desde afuera.

Lo de querer ser ingeniero fue una fase, porque desde los 3 o 4 años ya decía que iba a ser arquitecto y volví a decirlo un poco después...y así ha sido hasta el día de hoy, que en efecto lo soy y, lo más importante, lo siento crecer en mí... porque un arquitecto surge y evoluciona, no solo es.

El trabajo en la industria del diseño y la construcción es mi sueño, mi vocación, mi parcela principal de querer incidir y crear un cambio en el mundo, sin desmérito para nada de otras áreas que he ido incorporando en mi vida y que valoro muchísimo. En específico, el campo de la sostenibilidad en la construcción es tremendamente importante para contener el consumo desmedido de recursos y el cambio climático motivado por nuestras actividades insostenibles y, por eso, promoverla y educar sobre ella ha sido fundamental en mi crecimiento como profesional y persona, sabiendo que, cuando retorne a diseñar (que sé que se dará relativamente pronto), lo haré con otro bagaje y en completamente otro punto de mi vida que cuando me gradué de la carrera.

La educación, formal o informal, no es un arma para ir al mundo y solo generar un ingreso o estatus, es una herramienta para ayudar, para transformar el mundo en algo mejor: para uno, para los suyos, para otras personas y otras criaturas. No coartemos nunca el espíritu y determinación de los niños por alcanzar estos sueños. Porque si hay algo que tenía entonces y que me sigue caracterizando hoy día, es esa claridad de lo que quiero y esa determinación profunda por alcanzarlo.


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