lunes, 9 de julio de 2007

Boceto


No es de mis mejores poemas, pero es de mis preferidos. Es de la época que, sin muchos instrumentos, me embarcaba en la creación de una atmósfera sensual a través de imágenes sugerentes.


Los ojos
Cada vez más definidos,
la punta firme de la pluma
hundiéndose en el universo cóncavo del tintero:
la tinta, petróleo que desechas a un lado.
La marea que cae hacia las mejillas,
orejas que elevan vuelo como ángeles de celofán,
cabellos movidos por el eco certero
del canfín,
papel y cabeza, tetradimensionalidad.
No resisto el impulso de besarte,
entretanto construyes un cosmos de satén.
Llegas a mi pene, dudas un instante,
estiro mi pierna para compelerte;
vuelves en ti, haces el gesto infalible:
la genuflexión sin dudas, la caricia segura del remero
al cruzar las aguas
saciando la soledad de este puerto.
Pronto todo termina,
has peinado mi cuerpo en tu boceto,
de nuevo se clavan los ojos,
es hora de hacer el amor.


31/1/2006

1 comentario:

Jose Alex Lopez dijo...

Breve, hermoso, cálido. Y no sé si me refiero al poema.