Estamos en una semana fundamental. Costa Rica necesariamente requiere un viraje. Pero por más instituciones en las que apoyarnos, elecciones, o pasiones encontradas, la responsabilidad fundamental recae en cada ciudadano y el sentido de la democracia no se limita a un ciclo electoral. El país entero depende de nosotros, no nosotros del gobierno.
Vote a conciencia, por lo que considere correcto, informándose adecuadamente y a partir de sus valores más profundos y de su amor hacia este país. No vote por quien crea que tiene la mayoría, no por quien le hayan dicho (o dicho que no) en su sitio de trabajo, gremio o iglesia, no por el que hace mucha más bulla, o moviliza más recursos. Que su voto no sea el voto "útil", ni el voto generado por el miedo y los fantasmas del pasado, ni el voto que no se da cuenta que ya no estamos en 1948, tampoco el voto por rechazar aquello que no entiende.
Y aún más importante: sea honesto, sea excelente en sus labores, participe en su comunidad. Demande a partir de su involucramiento, no a partir de su silencio, de su desidia, o de su desencanto. Y eso es algo que puede hacer los 365 días del año.
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