lunes, 23 de abril de 2007

Taxi a inicios de un abril inexistente

Taxi a inicios de un abril inexistente

Taxi. Encaminándose al encuentro
de nadie,
una pastilla aromática
ahorcándose sobre el bumper,
la foto de la hija recién nacida
¿hace cuanto?
La maría rozando mi miseria
las calles que pasan:
es de noche
a toda velocidad el escenario josefino
(un paisaje de un poeta beat)
(con sus prostitutas, esquinas oscuras
e indigentes arrastrándose por la aridez de la soledad).
Nadie sino yo y el conductor
en ese vehículo que se enrumba fuera de todo lado;
quizás el taxista halla sido
alguna vez
barquero de la laguna Estigia
o prisionero de la isla del Diablo
(o de San Lucas, para no perderme en una metáfora
pasajera).
No lo sé, pero imagino en un instante
que voy hacia algún lugar
donde el tiempo no me persiga
la mirada pasajera de la masa urbana
los días de trabajo sin sentido,
todos esos besos que ya no descargas en mí;
no es felicidad lo que me conduce,
puro y prístino deseo de huir,
(el taxista hace el ademán de decir algo,
que no sea el consabido tiempo
o la última derrota de mi adorada Liga).

14/4/2006

1 comentario:

Zauberlehrling dijo...

Excelente... Me dejaste sin habla...