jueves, 24 de enero de 2008

EXcusa



Un poema con el que retorno a la senda que había dejado pues, botada, no se puede esperar progresar en lo que uno hace, en su arte o como se le quiera llamar, si no le dedica su buena dosis de tiempo. Eso estoy tratando de revertir: los meses y meses que no escribía porque estaba deprimido y ocupaba estar alegre para escribir, o sentían que yo siempre había escrito bien cuando era miserable y me arrastraba por el suelo y estaba feliz en ese momento o no sentía nada, o muy ocupado o muy furioso o no encontraba mis cosas. Quiero revertir eso....las excusas, el no darle tiempo a lo que importa. Y realmente este viaje a Cocles y mi bien ganada felicidad que se desborda por todos lados, me han hecho crecer como persona, como escritor, como arquitecto de seguro. Dejo esta muestra de crecimiento personal para mostrar que no hablo paja. Espero os guste (Yo, tan pajoso).




Como un latido fuerte lo sintió
sonoro
como un zumbido
igual que una lata llena de piedras
revoloteando entre las hojas
brincando en las aceras
a eso vino, a oírlo:
ese sentimiento, la pulsación de una cuerda pitagórica en el fondo
de su caja toráxica
rozando las paredes de la onomatopeya
vino a pisarse de sí mismo
los talones
lo sentía más fuerte
pasaba y se contorsionaba como antimateria
entre las converse raídas y el aliento de la perra
era una vibración que ululaba y zigzagueaba
que se propasaba con sus cabales
en sus fronteras que se desangraban
y experimentaban turgencia
era un ramo de violetas color turquesa
era pues un grito que se desvanecía a ratos
para solamente salir fortalecido
un aparejo tecnológico, como un ancla que lo fijaba
que lo hacía dar vueltas sobre sí mismo, como circunspecto
también era una emanación fluorescente
igual a una sombra que se bamboleaba al compás del tambor
de timbales y del redoblante
venía y se iba, atravesado por ondas sonoras
y psicodélicas
roto por una bandada de pericos
hecho materia que rezumaba en la humedad de la punta de las cafeteras
que se hacía a ratos quejido y mueca,
a veces ratón a veces ratonera
crecía y se desvanecía
se volvía en sus fragmentos
de mitosis infrutuosas
se iba y colocaba en los ojos de falsos profetas
y mesías de masas de orejas;
a pesar de sentirlo a latigazos
y a pesar de excarbar en su búsqueda a veces
o desvanecerse en el lomo del sol porque hasta ahí lo seguía
por absurdo que fuera
pensando en mil excusas y rogativas
lo hacía porque era...
NO SABÍA QUÉ ERA

2 comentarios:

mosco dijo...

si vos no sabés yo menos... jojojo
esto es como cuando se va el agua, que al volver salen puros borbotones intermitentes por un rato mientras se regula de nuevo la presión... aunque no sepás definir exactamente qué fue eso que salió, me parece un buen regreso :)
un abrazo

Jcm dijo...

Me gusto mucho al forma en que describes ese algo que no sabemos que es, pero que esta ahi, lo sentimos, lo conocemos, pero a la vez no sabemos que es. Esta muy buena.