31 años de vida. Conforme pasan los años, me doy cuenta de la relatividad del tiempo. Hace apenas un año los aspectos pendientes en mi vida, eran muchísimos y enormes. Hoy he superado muchos y hay otros que estoy por superar.
31 años. Uno se percata con el tiempo de las cosas realmente importantes: la sonrisa y el consejo del amigo, el poder cocinar con la familia, el salir en una mañana a correr y sentir la brisa fresca en el rostro, el aprender cosas nuevas, el poder expresarme en un poema. Se percata que construir sobre las ideas o expectativas de los otros, es como tratar de plantar cimientos en arenas movedizas.
31 años. ¿Estoy donde quiero llegar en mi vida? Creo que estoy más cerca de ello, pero todavía requiero invertir esfuerzos diarios en construir el Esteban que quiero ser. Pero sí sé que he logrado algo enorme: nunca me he sentido más yo, más pleno, más en paz, más seguro de lo que quiero ser.
31 años. ¿Qué me depara el futuro? No sé. Tengo planes muy específicos, en los que tengo fe y espero que me lleven mucho más allá aún de mi zona de confort. Pero dentro de mí tengo la certeza de que los cambios, los planeados y los que llegarán sin anunciarse, los viviré con creciente fortaleza.
31 años, vivir es un tesoro. No lo olvidemos.
viernes, 19 de diciembre de 2014
lunes, 15 de diciembre de 2014
Carro Estelar
J'ai cessé d'aimer, car l'amour est de persister dans l'erreur
Podía sentir de pronto el peso de mis manos
cuando ellas caían hacia el centro del sol,
sentía también el vacío de mi coraza
volviéndose pasto de las llamas.
Eras vos el único que ascendía
la mirada cada vez más perdida en un lejano cometa,
te hacías más pequeño en mi vista
pero dibujabas una estela negra que invadía todo mi cielo.
El campo visual se tornaba combustible
como la noche en que te callaste por primera vez,
ahora que habías hablado, de pronto
me sentía como si un silencio se perpetrara
entre las reacciones termonucleares.
De pronto dormí como en un gran abrazo,
recordando que de tu distancia
sólo trozos de existencia podía juntar.
Las mentiras que eran expresadas en tus silencios,
dejaban de importar frente a un abrazo que era inmenso.
En medio de la llama, eras cristal e indiferencia,
eras para mí a cada instante un trozo más pequeño
de esta furia que se ha apoderado de mí este año.
Donde yo podía haber escalado
con mis manos entre partículas encendidas
decidí más bien caer por el efecto de una gravedad incrementada.
Entonces me dirigiste una última mirada,
mi mente se había abierto como la corona de una supernova
y comprendí que no era yo, sino un gesto vano a la inmensidad rojiza.
Otra vez, girando sobre el reverberar de tus silencios,
me di cuenta que el futuro, de haberlo,
quedaba de alguna manera
más allá del punto en que te habías convertido en el cielo
martes, 9 de septiembre de 2014
Viernes por la noche
Me encantaste,
desde el momento que vi tu sonrisa,
matizada por algún extraño sufrimiento...
sentí que podía albergar en vos un poco de mi soledad.
No quise reconocerlo, por la hostilidad con la que me recibiste,
pero de algún modo
por cosas más allá de tu belleza,
sentí que podía llenar tu rostro de mis brazos
rodeando tus penas.
Me hiciste sentir mal,
pero a decir verdad, me lo merecía,
creí en algún punto que ser yo, me daba
un privilegio de disponer de cuanto hombre quisiera,
en algún modo perdí la capacidad de separar
la espiga de la cizaña.
Y después de tanto tiempo, te vuelvo a ver,
pero esta vez vos me buscaste, para ser amigos,
mas mirando tu rostro a través de un cristal
y sintiendo el brillo detrás de tus ojos apagados,
oscurecidos por una bocanada de ese humo que te envolvía,
me sentí terriblemente cómodo en tu presencia.
De tu boca procedían las risas que hacían al antro oscurecido
desaparecer vaciado en una cordillera de misterios,
de tu boca procedían los criterios
que empataban como piezas de rompecabezas
en cada neurona del universo que ante mí se conformaba.
Pero sabía que no podía ir más allá,
mis manos algunas veces tocaron sin querer las tuyas,
pero rápido volvieron a explorar el aire entre nosotros
hasta vencerse por la gravedad;
alguna vez me acerqué accidentalmente a tu rostro,
pero era para hacerme oír mejor
en medio de la noche en que todos podían volver a ser ellos mismos.
Sé que las cosas sólo podrán tornarse de un mismo color
y a ratos me duele saber que no puedo sembrar apegos
pero el sentir que puedes significar algo para alguien,
algo que sea más que un compa
me hace sentir más la ironía.
Que cuando me encuentro tan feliz con un mae
es porque solo, sólo puedo sentir su lejanía.
desde el momento que vi tu sonrisa,
matizada por algún extraño sufrimiento...
sentí que podía albergar en vos un poco de mi soledad.
No quise reconocerlo, por la hostilidad con la que me recibiste,
pero de algún modo
por cosas más allá de tu belleza,
sentí que podía llenar tu rostro de mis brazos
rodeando tus penas.
Me hiciste sentir mal,
pero a decir verdad, me lo merecía,
creí en algún punto que ser yo, me daba
un privilegio de disponer de cuanto hombre quisiera,
en algún modo perdí la capacidad de separar
la espiga de la cizaña.
Y después de tanto tiempo, te vuelvo a ver,
pero esta vez vos me buscaste, para ser amigos,
mas mirando tu rostro a través de un cristal
y sintiendo el brillo detrás de tus ojos apagados,
oscurecidos por una bocanada de ese humo que te envolvía,
me sentí terriblemente cómodo en tu presencia.
De tu boca procedían las risas que hacían al antro oscurecido
desaparecer vaciado en una cordillera de misterios,
de tu boca procedían los criterios
que empataban como piezas de rompecabezas
en cada neurona del universo que ante mí se conformaba.
Pero sabía que no podía ir más allá,
mis manos algunas veces tocaron sin querer las tuyas,
pero rápido volvieron a explorar el aire entre nosotros
hasta vencerse por la gravedad;
alguna vez me acerqué accidentalmente a tu rostro,
pero era para hacerme oír mejor
en medio de la noche en que todos podían volver a ser ellos mismos.
Sé que las cosas sólo podrán tornarse de un mismo color
y a ratos me duele saber que no puedo sembrar apegos
pero el sentir que puedes significar algo para alguien,
algo que sea más que un compa
me hace sentir más la ironía.
Que cuando me encuentro tan feliz con un mae
es porque solo, sólo puedo sentir su lejanía.
sábado, 19 de julio de 2014
Venciendo la Invisibilidad
Hace
poco, los candidatos presidenciales no lograron, a pesar de usar el recurso del
voto conservador, ganar las elecciones. Hace poco, un gobierno progresista
asumió el poder e izó la bandera de la diversidad sexual, un gesto de tiempos cambiantes.
Pero, recién los diputados del partido de gobierno negociaron con los partidos
evangélicos y sus aliados, coartar de momento la posibilidad de aprobar
proyectos tendientes a garantizar una ciudadanía plena a las minorías por
orientación sexual e identidad de género.
Respecto
al gobierno anterior y a los cantos de sirena de siempre de los políticos,
puede parecer que se ha avanzado, pero en realidad, todavía no se ha logrado la
aprobación en la Asamblea Legislativa de los proyectos de ley que harán una
gran diferencia para nuestro colectivo. Ciertamente no para quienes son
despedidos de sus trabajos por su orientación sexual, usando excusas. Tampoco
para quienes son expulsados de sus familias por su identidad de género, ni
pueden asumir en su cédula su verdadero nombre. Ni para quienes a pesar de
construir su mundo con sus parejas, ya por años, para la ley, son perfectos
desconocidos. O para quienes sufren
hostigamiento y violencia por motivo de su pertenencia a estas minorías, sobre
todo los que pasan debajo del radar de las estadísticas oficiales; han sido
asesinados por ser del colectivo LGBTI, pero como en el país no existe una
figura de crímenes de odio, sus sacrificios son ignorados.
Costa
Rica no puede seguir mostrando un divorcio entre su plática de derechos humanos
y la realidad de una sociedad discriminadora. Quiera o no quieran muchos, las
personas LGBTI estamos en todas las clases sociales, edades, familias, lugares,
profesiones y partimos de las personalidades y experiencias de vida más
diferentes. En nuestra diversidad, una diversidad que rompe con los
estereotipos, cientos de miles de costarricenses ansiamos poder gozar de la
ciudadanía con la que cuentan las personas heterosexuales; no sólo en términos
de leyes que propicien derechos iguales, sino también de una cultura de respeto
y aceptación por la diversidad. Quiera o no quieran muchos, las personas LGBTI
siempre hemos estado aquí y nuestros aportes al país, son enormes.
¿Pero
qué falta para llegar a este escenario que deseamos? La respuesta en realidad
yace en la actitud de cada uno. Muchísimos no hemos cumplido con nuestra cuota
de romper con la invisibilidad que a la sociedad tradicional le resulta tan
cómoda. Desde asumirnos orgullosamente
ante nuestra familia (generando un mensaje, de parecer tener vergüenza, de algo
que es totalmente natural), hasta callar cuando los demás critican a las
personas LGBTI, de limitarnos al closet del antro de ambiente; pero a la hora de dar una firma para una
iniciativa de la comunidad, o asistir a una marcha, negarnos creyendo que
garantizándonos no salir en televisión hacemos algo por nuestras vidas. Lo
único que estamos logrando con esas actitudes es mantener nuestras propias
vidas en un estado de permanente fragilidad.
Nuestros
adversarios tienen representación política y mientras muchos en la comunidad
nos enfrascamos en divisiones, o en apatía por las grandes luchas que quedan,
aquellos se alían entre sí y con las más retrógradas figuras religiosas, para
que la violencia y la discriminación sigan siendo impunes, para que las
familias si lo quieren puedan despojar a las parejas de todo lo que han
construido juntos, para que no podamos gozar de los recursos para nuestra
realización. Ante eso, se requiere consistencia y unión de las organizaciones,
luchar por representación política propia, pero sobre todo, romper con la falsa
comodidad del armario y manifestarse en ocasiones como hace poco, en que a
pesar de todo, asistimos miles por la dignidad y la diversidad.
Si
usted arguye que no va porque no se siente representado por quienes van a las
marchas, que fomentan los estereotipos ¿por qué no va usted mismo y se muestra
cómo es? ¿como estudiante, como profesional? Déjele ver a la sociedad que la
diversidad sexual es eso, un mundo lleno de todos los matices, los sueños más
disímiles. Ante una sociedad que debe cambiar, quien debe cambiar primero es
cada quien, desde el fondo de su ser...resonando más las palabras de Harvey
Milk: "Me gustaría ver a todos los médicos gay salir del armario... a
los arquitectos gay...ponerse de pie y dejar que el mundo lo sepa. Eso haría
más para acabar con los prejuicios en una sola noche de lo que nadie podría
imaginar".
sábado, 7 de junio de 2014
El Yermo
Esperé una respuesta,
mas no sabía que estabas acorazado a las preguntas,
quise determinar en los vestigios de tu última mirada
indagando en mis ojos...
algún dejo que calmara mi angustia,
mas no sabía que la última mirada
semanas atrás había cruzado el espacio compartido.
Quise saber en el tono de tu voz
si acaso argumentarías algo para mí ajeno,
quizás había hecho algo yo indebido,
quizás no había pasado nada,
mas no sabía que vos encontrabas hartazgo
en los argumentos.
De tu silencio esperé respuestas
en los ratos de solaz esperé mensajes
mas lo único que obtuve
fueron campos cerrados en neblina
y noches sin estrellas.
No era necesario dar una explicación completa,
no eran necesarias hipótesis,
aunque fuera una leve indicación
que yo fuera capaz de interpretar,
palabras que rompiesen el silencio...
mas a veces siento que aro en el desierto.
¿Acaso tenía que decirte desde el inicio,
con puntos sobre las íes,
que yo necesito palabras para entender las cosas,
ojalá reglas claras y sinceridad?
Mas cada vez me convenzo más de seguido
que la gente cree que sus acciones hablan por sí solas;
para los que tenemos los ojos vendados a ellas,
cualquier movimiento en el aire es sólo viento.
Mas en tu caso fue diferente,
y eso es algo a lo que no me acostumbro,
en vez de acciones agitando el aire
y mucho menos palabras explicando tu universo,
vos no hiciste nada.
Y eso me agita con dudas,
¿sería acaso que tu inacción habla
con un eco sordo que no quise sentir?
¿o que tan poco te importa el asunto
que no quisiste que significara nada?
Para mí, que preferentemente vivo
en un mundo de signos
que me indican hacia qué lado virar
y qué reglas transigir,
tu silencio y tu inacción fueron explosiones en el espacio sideral
muecas sin movimiento y palabras sin vibración;
por eso cada vez que lo pienso
me cuesta más entenderte
si es que acaso querías que te entendiera.
Así, migrando a mi mundo de signos y señales
apostadas a las veredas,
intento olvidarme de todo
y escapar sin explicaciones dadas
sin ser capaz por tanto,
de asimilar el vacío de hechos
y me alejo de vos, que por tan pocos días exististe
si es que acaso alguna vez
estuvimos cerca.
mas no sabía que estabas acorazado a las preguntas,
quise determinar en los vestigios de tu última mirada
indagando en mis ojos...
algún dejo que calmara mi angustia,
mas no sabía que la última mirada
semanas atrás había cruzado el espacio compartido.
Quise saber en el tono de tu voz
si acaso argumentarías algo para mí ajeno,
quizás había hecho algo yo indebido,
quizás no había pasado nada,
mas no sabía que vos encontrabas hartazgo
en los argumentos.
De tu silencio esperé respuestas
en los ratos de solaz esperé mensajes
mas lo único que obtuve
fueron campos cerrados en neblina
y noches sin estrellas.
No era necesario dar una explicación completa,
no eran necesarias hipótesis,
aunque fuera una leve indicación
que yo fuera capaz de interpretar,
palabras que rompiesen el silencio...
mas a veces siento que aro en el desierto.
¿Acaso tenía que decirte desde el inicio,
con puntos sobre las íes,
que yo necesito palabras para entender las cosas,
ojalá reglas claras y sinceridad?
Mas cada vez me convenzo más de seguido
que la gente cree que sus acciones hablan por sí solas;
para los que tenemos los ojos vendados a ellas,
cualquier movimiento en el aire es sólo viento.
Mas en tu caso fue diferente,
y eso es algo a lo que no me acostumbro,
en vez de acciones agitando el aire
y mucho menos palabras explicando tu universo,
vos no hiciste nada.
Y eso me agita con dudas,
¿sería acaso que tu inacción habla
con un eco sordo que no quise sentir?
¿o que tan poco te importa el asunto
que no quisiste que significara nada?
Para mí, que preferentemente vivo
en un mundo de signos
que me indican hacia qué lado virar
y qué reglas transigir,
tu silencio y tu inacción fueron explosiones en el espacio sideral
muecas sin movimiento y palabras sin vibración;
por eso cada vez que lo pienso
me cuesta más entenderte
si es que acaso querías que te entendiera.
Así, migrando a mi mundo de signos y señales
apostadas a las veredas,
intento olvidarme de todo
y escapar sin explicaciones dadas
sin ser capaz por tanto,
de asimilar el vacío de hechos
y me alejo de vos, que por tan pocos días exististe
si es que acaso alguna vez
estuvimos cerca.
domingo, 9 de febrero de 2014
Apenas un estallido en el firmamento.
La vida es demasiado valiosa (y breve...) como para partir de intentar satisfacer a otras personas. Uno es y casi con seguridad será, su mejor juez. Uno decide estar a buen recaudo de su propia conciencia. Y ser lo mejor que puede ser, por más que griten el cinismo y el ánimo de homogeneidad.
Este mundo está lleno de cinismo y desea que todos seamos parecidos. Cinismo que corroe, que hace dudar de las buenas acciones, que hace que la gente te mire con cara de duda cuando acudes a ellos por consejo, que hace que te apliquen la ley del desprecio cuando intuyen que no eres "una persona respetable". También de ánimo de sabotear hasta las cosas positivas, de dar el todo por el nada e ignorar las cosas buenas para enfrascarse en señalar sólo lo malo. Yo lo veo cada vez que me enfrento a gente que encontró un rincón fácil de su zona de comfort y en él permanece, por largas temporadas, a veces por el resto de su vida, pero además tiene el atrevimiento de extrapolar a todo el universo sus criterios.
Lo veo en todos lados, en la gente que se rindió de hacer las cosas un poco diferente. De la gente que se conformó en que "por lo menos" tiene esto o aquello, de la gente para la que casarse con alguien es una garantía de por vida, de los que te piden "no hacer olas" cuando empiezas en un lugar de trabajo, de los que viven de etiquetar. Aplica también a la gente que cree que tiene derecho de piso en algún lado y a todos los extraños, los repele con la misma fuerza que una fiera.
Lo veo mucho con los que se oponen a la comunidad LGBTI, pero también contamina ese cinismo a la comunidad. Sobre todo en aquellos que quieren aplicar un pensamiento esencialista: el todo o la nada, vos nacés marcado por tal característica y eso define tu vida. De que vos al ser de la comunidad debes ser de tal o cual modo, porque los hombres "sólo pensamos en sexo", o porque tenés que romper el esquema de la sociedad, a la fuerza. De que vos no eres de la comunidad si no tienes una diva a la que idolatras. De los que si vos decidiste intentar una relación de pareja estable, te profetizan la pronta derrota. Que si vos además de eso decidiste tener un hijo (en el caso hipotético de que pudieras acceder a ese derecho), estás copiando el "modelo heterosexual". Del otro lado, aquellos que si decidiste disfrutar tu sexualidad de un modo diferente, con quien te place, te remarcan el terrible desvío de la norma y el mal ejemplo que das a la comunidad, el pecado y todo lo demás. De los que te clasifican por tu contextura, estatura, edad, estado financiero y vestimenta, apenas entras a algún lugar y te miran con la misma vaciedad que la gente beata, necesitada de marcar una cancha donde ellos sean los ganadores.
Disiento fuertemente. El mayor tesoro de cada quien es su identidad...que es permanente, pero al mismo tiempo: uno cambia, uno aprende y lo que puede aplicar para una época o una vivencia, no lo puede hacer para otra. No está de más decir que no soporto la tendencia a pensar en la gente a partir de esencias: el gay promiscuo, la mujer débil, el hombre dominador, el rico fascista, el pobre perfectamente puro, el rico trabajador y noble, el pobre ladrón y "dependiente" y así al infinito. La gente es compleja, hay que entenderlo de una vez. Y esa complejidad viene acompañada de contradicciones y todos los matices de luces y sombras posibles.
No hay nada más maravilloso que llegar a acceder un poco a esa complejidad y encontrar en los demás un espejo de cosas de tu vida, una lección, algo potente que compartir, algo por lo que acompañar a esa persona (una amistad, una relación), algo que descubrir todos los días de tu pareja. Pero creo que lo más potente que te puede brindar eso es darte cuenta de lo que debes mejorar, de algo que no habías podido o querido entender antes, de algo que habías despreciado como 'poco importante' y de pronto le encuentras el sentido, toda la riqueza que la experiencia de vida de alguien puede darte. Muchos de esos casos puedo dar de mi vida, ella es especialista en cerrarte la boca de las cosas que despreciaste, si vos tienes la humildad suficiente de reconocerlo.
Las cosas son así para mí: yo decido casi todo lo que atañe a mi vida, empezando por mi actitud ante ese cinismo y esos espíritus de homogeneidad. Yo decido creer en un futuro mejor y luchar por él, yo decido no rendirme, yo decido ser el idiosincrático, el que hace las cosas menos esperadas (no por una pose, sino porque me gusta expandir mis posibilidades), el que se prueba a cada rato de maneras diferentes, el que hace cosas a las que había renunciado, entiende cosas que no entendía, que donde los demás se conforman, se amoldan o se limitan a recoger su cheque a fin de mes, se decide a ver cómo poner una semilla de cambio. El necio, el inoportuno, el que no encaja, el que decide no escuchar a la gente que no tiene de dónde externar una opinión sobre uno y escucha con atención, pero también discernimiento, a quienes sí lo conocen. El que todavía cree en construir una relación de pareja cimentada en el respeto y con ello aunque sea por un tiempo, hace su mundo un lugar mucho mejor. Y si decide hacer otra cosa, también lo hace de corazón, no porque sea bueno, malo o pésimo para alguien más.
Sobre todas las cosas, el que decide ser sí mismo. La vida es demasiado breve y uno es como el estallido de fuegos artificiales, uno puede escoger brillar con intensidad en el firmamento, o no hacerlo y pasar por una cortina de humo.
Este mundo está lleno de cinismo y desea que todos seamos parecidos. Cinismo que corroe, que hace dudar de las buenas acciones, que hace que la gente te mire con cara de duda cuando acudes a ellos por consejo, que hace que te apliquen la ley del desprecio cuando intuyen que no eres "una persona respetable". También de ánimo de sabotear hasta las cosas positivas, de dar el todo por el nada e ignorar las cosas buenas para enfrascarse en señalar sólo lo malo. Yo lo veo cada vez que me enfrento a gente que encontró un rincón fácil de su zona de comfort y en él permanece, por largas temporadas, a veces por el resto de su vida, pero además tiene el atrevimiento de extrapolar a todo el universo sus criterios.
Lo veo en todos lados, en la gente que se rindió de hacer las cosas un poco diferente. De la gente que se conformó en que "por lo menos" tiene esto o aquello, de la gente para la que casarse con alguien es una garantía de por vida, de los que te piden "no hacer olas" cuando empiezas en un lugar de trabajo, de los que viven de etiquetar. Aplica también a la gente que cree que tiene derecho de piso en algún lado y a todos los extraños, los repele con la misma fuerza que una fiera.
Lo veo mucho con los que se oponen a la comunidad LGBTI, pero también contamina ese cinismo a la comunidad. Sobre todo en aquellos que quieren aplicar un pensamiento esencialista: el todo o la nada, vos nacés marcado por tal característica y eso define tu vida. De que vos al ser de la comunidad debes ser de tal o cual modo, porque los hombres "sólo pensamos en sexo", o porque tenés que romper el esquema de la sociedad, a la fuerza. De que vos no eres de la comunidad si no tienes una diva a la que idolatras. De los que si vos decidiste intentar una relación de pareja estable, te profetizan la pronta derrota. Que si vos además de eso decidiste tener un hijo (en el caso hipotético de que pudieras acceder a ese derecho), estás copiando el "modelo heterosexual". Del otro lado, aquellos que si decidiste disfrutar tu sexualidad de un modo diferente, con quien te place, te remarcan el terrible desvío de la norma y el mal ejemplo que das a la comunidad, el pecado y todo lo demás. De los que te clasifican por tu contextura, estatura, edad, estado financiero y vestimenta, apenas entras a algún lugar y te miran con la misma vaciedad que la gente beata, necesitada de marcar una cancha donde ellos sean los ganadores.
Disiento fuertemente. El mayor tesoro de cada quien es su identidad...que es permanente, pero al mismo tiempo: uno cambia, uno aprende y lo que puede aplicar para una época o una vivencia, no lo puede hacer para otra. No está de más decir que no soporto la tendencia a pensar en la gente a partir de esencias: el gay promiscuo, la mujer débil, el hombre dominador, el rico fascista, el pobre perfectamente puro, el rico trabajador y noble, el pobre ladrón y "dependiente" y así al infinito. La gente es compleja, hay que entenderlo de una vez. Y esa complejidad viene acompañada de contradicciones y todos los matices de luces y sombras posibles.
No hay nada más maravilloso que llegar a acceder un poco a esa complejidad y encontrar en los demás un espejo de cosas de tu vida, una lección, algo potente que compartir, algo por lo que acompañar a esa persona (una amistad, una relación), algo que descubrir todos los días de tu pareja. Pero creo que lo más potente que te puede brindar eso es darte cuenta de lo que debes mejorar, de algo que no habías podido o querido entender antes, de algo que habías despreciado como 'poco importante' y de pronto le encuentras el sentido, toda la riqueza que la experiencia de vida de alguien puede darte. Muchos de esos casos puedo dar de mi vida, ella es especialista en cerrarte la boca de las cosas que despreciaste, si vos tienes la humildad suficiente de reconocerlo.
Las cosas son así para mí: yo decido casi todo lo que atañe a mi vida, empezando por mi actitud ante ese cinismo y esos espíritus de homogeneidad. Yo decido creer en un futuro mejor y luchar por él, yo decido no rendirme, yo decido ser el idiosincrático, el que hace las cosas menos esperadas (no por una pose, sino porque me gusta expandir mis posibilidades), el que se prueba a cada rato de maneras diferentes, el que hace cosas a las que había renunciado, entiende cosas que no entendía, que donde los demás se conforman, se amoldan o se limitan a recoger su cheque a fin de mes, se decide a ver cómo poner una semilla de cambio. El necio, el inoportuno, el que no encaja, el que decide no escuchar a la gente que no tiene de dónde externar una opinión sobre uno y escucha con atención, pero también discernimiento, a quienes sí lo conocen. El que todavía cree en construir una relación de pareja cimentada en el respeto y con ello aunque sea por un tiempo, hace su mundo un lugar mucho mejor. Y si decide hacer otra cosa, también lo hace de corazón, no porque sea bueno, malo o pésimo para alguien más.
Sobre todas las cosas, el que decide ser sí mismo. La vida es demasiado breve y uno es como el estallido de fuegos artificiales, uno puede escoger brillar con intensidad en el firmamento, o no hacerlo y pasar por una cortina de humo.
martes, 28 de enero de 2014
La ciudadanía no se limita a un ciclo electoral
Estamos en una semana fundamental. Costa Rica necesariamente requiere un viraje. Pero por más instituciones en las que apoyarnos, elecciones, o pasiones encontradas, la responsabilidad fundamental recae en cada ciudadano y el sentido de la democracia no se limita a un ciclo electoral. El país entero depende de nosotros, no nosotros del gobierno.
Vote a conciencia, por lo que considere correcto, informándose adecuadamente y a partir de sus valores más profundos y de su amor hacia este país. No vote por quien crea que tiene la mayoría, no por quien le hayan dicho (o dicho que no) en su sitio de trabajo, gremio o iglesia, no por el que hace mucha más bulla, o moviliza más recursos. Que su voto no sea el voto "útil", ni el voto generado por el miedo y los fantasmas del pasado, ni el voto que no se da cuenta que ya no estamos en 1948, tampoco el voto por rechazar aquello que no entiende.
Y aún más importante: sea honesto, sea excelente en sus labores, participe en su comunidad. Demande a partir de su involucramiento, no a partir de su silencio, de su desidia, o de su desencanto. Y eso es algo que puede hacer los 365 días del año.
Vote a conciencia, por lo que considere correcto, informándose adecuadamente y a partir de sus valores más profundos y de su amor hacia este país. No vote por quien crea que tiene la mayoría, no por quien le hayan dicho (o dicho que no) en su sitio de trabajo, gremio o iglesia, no por el que hace mucha más bulla, o moviliza más recursos. Que su voto no sea el voto "útil", ni el voto generado por el miedo y los fantasmas del pasado, ni el voto que no se da cuenta que ya no estamos en 1948, tampoco el voto por rechazar aquello que no entiende.
Y aún más importante: sea honesto, sea excelente en sus labores, participe en su comunidad. Demande a partir de su involucramiento, no a partir de su silencio, de su desidia, o de su desencanto. Y eso es algo que puede hacer los 365 días del año.
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